La inclusión laboral implica garantizar que todas las personas tengan acceso a empleos dignos y significativos, y que se les trate con igualdad y respeto en el lugar de trabajo. Esto implica superar cualquier forma de discriminación basada en la raza, el género, la edad, la discapacidad, la orientación sexual, la religión u otras características protegidas por la ley.
La inclusión laboral se basa en el principio de diversidad, reconociendo y valorando las diferencias individuales y fomentando la participación activa de todas las personas en el entorno laboral. Esto implica crear políticas y prácticas que promuevan la igualdad de oportunidades en el proceso de selección y contratación, la promoción del equilibrio de género, la adaptación de los entornos de trabajo para personas con discapacidades, la sensibilización y capacitación sobre diversidad e inclusión, entre otras medidas.
Implementar la inclusión laboral en tu empresa tiene múltiples beneficios, como atraer y retener talento diverso, mejorar la cultura y el clima laboral, fomentar la diversidad de ideas y perspectivas, fortalecer la reputación de la empresa y cumplir con las normas legales. Promover un entorno de trabajo inclusivo crea igualdad de oportunidades, valorando y respetando la diversidad de los empleados, lo que conduce a un mayor compromiso, productividad y éxito a largo plazo de la empresa.
Recuerde que en empresas que tengan cien o más trabajadores deben contar con al menos un 1% de empleados en condición de discapacidad.
Puede conocer más sobre Inclusión Laboral aquí.